Investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte y los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, han desarrollado un método que detiene las reacciones alérgicas mediante la eliminación de un receptor clave de los mastocitos y basófilos, de forma que su trabajo tiene implicaciones en el tratamiento de las alergias de la piel y el asma.
Las reacciones alérgicas son impulsadas por los mastocitos y basófilos, unos tipos de células inflamatorias que se encuentran en los tejidos y el torrente sanguíneo, respectivamente, y que funcionan como parte de nuestro sistema inmunológico. Cuando una persona entra en contacto con un alérgeno, la inmunoglobulina E (IgE) específica a ese alérgeno actúa a través de su receptor en el mastocito, estimulando a los mastocitos y basófilos a liberar mediadores, como la histamina, que desencadenan una respuesta de alergia.
Actualmente, la mayoría de los tratamientos para la alergia se centran en detener los efectos de la histamina y otros mediadores o en amortiguar la respuesta inmune global del cuerpo mediante el uso de esteroides. Desafortunadamente, ninguno de los dos enfoques es totalmente eficaz y en el caso de amortiguar la respuesta inmune, puede tener inconvenientes significativos.
Los autores de este trabajo, los doctores Glenn Cruse, actual profesor asistente de Inmunología en la Universidad Estatal de Carolina del Norte, y Dean Metcalfe, quisieron tratar de bloquear la reacción alérgica en su origen. Para ello, examinaron un gen llamado MS4A2, que sólo se expresa en mastocitos y basófilos y es responsable de formar el receptor de IgE en el mastocito.
Los investigadores utilizaron una técnica conocida como omisión de exón, una forma de empalme de ARN, para eliminar la porción de uno de los genes del mARN receptores de IgE que es esencial para la fabricación de una proteína que ubica el receptor de IgE en la superficie de los mastocitos.
Cruse y Metcalfe probaron su terapia en los mastocitos in vitro, donde eliminaron la activación de mastocitos por alérgenos y actuaron contra la dermatitis alérgica in vivo, usando un modelo de ratón. Sus resultados in vivo mostraron una marcada reducción en la respuesta de la dermatitis alérgica en los ratones.