Cuando un perfume produce alergia...

Cuando un perfume produce alergia...

Para una persona con síndrome de sensibilización central (SSC) o sensibilidad química múltiple (SQM) el mero hecho de sentarse junto a alguien perfumado o maquillado desencadena síntomas como dolor corporal, fatiga extrema, tos, debilidad repentina, confusión mental o temblores.

Convivir con esa enfermedad, que no tiene tratamiento ni cura, supone un cambio de vida radical que, en muchas ocasiones, obliga al aislamiento. La SQM, que en España está reconocida como enfermedad y cuenta con un "documento de consenso" elaborado por el Ministerio de Sanidad en 2011, es un desorden adquirido (no se nace con él) por el que el afectado deja de tolerar sustancias químicas de uso común como productos de limpieza o de higiene corporal.

Pese a ese reconocimiento, el diagnóstico de la enfermedad suele retrasarse años porque, incluso entre los médicos, hay una enorme falta de formación en salud medioambiental y en este tipo de dolencias.

Muchos de estos pacientes son diagnosticados erróneamente de depresión, pero esta es, en su opinión, un "efecto secundario" de la SQM. El diagnóstico de la enfermedad permite a los pacientes iniciar un tratamiento que consiste simplemente en la "evitación" de todas las sustancias que producen los síntomas, tales como perfumes, cosméticos, ambientadores, detergentes, productos de limpieza.

Sin embargo, tras el diagnóstico, la mayoría de los afectados no tienen un seguimiento médico; además de la falta de formación y especialización de los profesionales, los enfermos se encuentran con la dificultad añadida de que los síntomas y los desencadenantes de la SQM son diferentes en cada caso.

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