Para quienes sufren alergia al polen, la temporada primaveral puede ser una verdadera pesadilla, cuyos síntomas más comunes son estornudos y tos e inflamación de la mucosa nasal, que causa congestión y goteo en la nariz e irritación de los ojos. El inicio de estos síntomas está vinculado a qué somos alérgicos al polen de los árboles o al del pasto.
Hay 30 tipos de polen que pueden causar alergia, y aunque actualmente no tiene cura, puede controlarse utilizando diversos medicamentos (aerosoles nasales, descongestionantes y antihistamínicos) que se venden en la farmacia para reducir los síntomas. En cualquier caso, si se pretende no recurrir a la medicación y los síntomas son leves, se mantener la alergia a raya evitando las situaciones que desencadenan esta reacción en tu cuerpo. Entre los consejos para conseguirlo destacan:
1- Si las autoridades de tu ciudad lo hacen público, consulta el nivel de polen en el pronóstico meteorológico. Se trata de una medida que especifica el número de granos de polen por metro cúbico de aire y, de acuerdo a la Oficina Meteorológica de Reino Unido, cuando esta cifra supera los 50, las personas alérgicas pueden desarrollar síntomas. También se debe prestar atención al clima, ya que este indica cuánto polen liberan árboles y plantas, y cómo se distribuye. En días húmedos y ventosos, el polen se esparce fácilmente, pero cuando llueve, el aire se despeja.
2 - Las gafas de sol sirven para evitar que se te irriten los ojos. El sistema nacional de salud de Reino Unido, conocido por sus siglas NHS, recomienda cubrirse los orificios nasales con vaselina para atrapar los granos de polen y evitar que ingresen en las vías respiratorias. Los lentes cumplen también la función de proteger los ojos de estas partículas.
3 - Otra recomendación es ducharte, lavarte el pelo y cambiarte de ropa si has estado al aire libre. Muchas de las partículas de polen quedan atrapadas en tu cabello y en las fibras de tus prendas. Si no las eliminas, padecerás igual los síntomas aunque estés en un ambiente cerrado.
4 - Si dejas la ropa colgada fuera de casa, pueden quedar atrapadas dentro de sus fibras granos de polen. En verano, si es un día de sol radiante, es muy tentador poner a secar la ropa al aire libre; sin embargo, si el viento mueve las partículas de polen, éstas pueden quedar pegadas en la ropa. Mejor cuelga tus cosas dentro.
5 - Además de mantener ventanas y puertas cerradas, el NHS recomienda aspirar con regularidad. Esto es importante, sobre todo si tienes alfombras. También limpia el polvo de los muebles con un trapo húmedo, para no levantar polvareda, y evita tener flores frescas en la casa.
