Diana Zepeda, una mujer estadounidense de 35 años, llevaba tres años sufriendo dolores estomacales de forma habitual, pero pensó que tenía una alergia alimentaria, hasta que descubrió que tenía cáncer de colon. La diarrea y el dolor de estómago eran frecuentes en ella, pero al ser síntomas tan comunes, nunca le había dado importancia. De hecho, Diana pensó que no eran más que producto del estrés y de la mala alimentación.
A pesar de que intentó mejorar su dieta, Diana siguió teniendo los mismo problemas, así que buscó sus síntomas en Internet por si había algo que se le estuviera escapando. Además de la diarrea, la mujer había encontrado en alguna ocasión sangre en las heces, pero incluso este síntoma respondía a varias enfermedades y ninguna parecía ser demasiado grave.
“Busqué mis síntomas en Google, pero la diarrea es tan común que pensé que quizás era una úlcera, unas hemorroides, una alergia... el cáncer no estaba en mi radar”, ha explicado la mujer, que al no mejorar, decidió acudir a un médico, donde le hicieron más pruebas para tratar de encontrar la raíz del problema que llevaba sufriendo durante más de tres años.
Según cuenta el portal Corta por lo Sano, la doctora le hizo varios análisis y llegó a la conclusión de que tenía E. Coli, una bacteria que provoca síntomas similares a los que sufría y que se cura con antibióticos. Pero los antibióticos no funcionaron y esta infección fue descartada. El siguiente paso fue someterse a una colonoscopia, pero de someterse a ella, su médico le dio un laxante y la reacción que este provocó en Diana les hizo ver que algo no iba bien.
Fue así cómo descubrieron que tenía un tumor del tamaño de una pelota de tenis. Ahora ha recibido quimioterapia, radiación y varias cirugías para eliminar parte de su colon, el apéndice, la vesícula billar, los ganglios linfáticos y el 75 % de su hígado.
Si hubieran encontrado el tumor años antes, las consecuencias hubieran sido menores. Los síntomas tan comunes de esta mujer hicieron que confundieran el cáncer con una alergia alimentaria. Por eso, ante cualquier síntoma, lo mejor es acudir a un médico en vez de intentar hacer suposiciones.
