La sequía provoca la llegada de nuevas especies de pólenes

La sequía provoca la llegada de nuevas especies de pólenes

Tanto el cambio climático como la contaminación van a suponer un cambio importante en las concentraciones y tipos de pólenes que hay en el ambiente, pero también en el comportamiento de los mismos, haciendo que la población sea más vulnerable ante la presencia de unos alérgenos cada vez más agresivos.

Quien ha llegado a esta conclusión es el doctor Ignacio Pérez Camo, jefe de Alergología del Hospital Royo Villanova de Zaragoza, que  hace balance de un asunto que suscita mucha preocupación entre los alergólogos: la influencia que tanto el cambio climático con la consiguiente falta de lluvias, como la contaminación ambiental, están teniendo en la salud de la población.

"La contaminación y el cambio climático están provocando un aumento general en las concentraciones de pólenes, que ya no solo se concentran en una única estación, sino que aumentan el periodo y su presencia en el ambiente", ha explicado este alergólogo.

De esta manera, según cuenta el diario Heraldo de Aragón, durante el pasado mes de octubre, por ejemplo, los alérgicos al polen de la salsola (o capitana) -una planta propia de regiones subdesérticas o de baja pluviosidad- no han tenido tregua.

Habitualmente, según indica este especialista, los niveles de polen de salsola se mantienen elevados desde mayo hasta finales de septiembre, con la llegada del otoño y del frío. Pero este año se han registrado "picos importantes de salsola en octubre, ligados a la sequía", subraya el especialista, que alerta de la irrupción de especies nuevas de pólenes vinculadas a la falta de lluvias.

También los alérgicos a la alternaria (un hongo ambiental no polínico) han podido experimentar este mes de octubre síntomas propios del verano, pues según comenta este especialista esta es otra de las especies que habitualmente inhiben sus afecciones en esta época del año, aunque no está siendo el caso.

"De alternaria estamos teniendo ahora cifras que persisten inusualmente más altas de lo esperable porque el tiempo seco y soleado influye sobre las esporas del hongo causando en los pacientes alérgicos los típicos síntomas de la alergia, como rinoconjuntivitis y asma bronquial, picor de nariz, de ojos, estornudos seguidos, lagrimeo e incluso sensación de falta de aire y opresión al respirar", indica el especialista.

Otra cuestión que preocupa a los especialistas es que la falta de lluvias provoca más contaminación ambiental, y esta afecta también de forma notable a los pacientes alérgicos puesto que influye en la polinización alterando a las plantas y haciendo que su polen sea más agresivo.

"Las plantas expuestas a las partículas diésel de los coches y otras emisiones, al sentirse agredidas por esta contaminación atmosférica, responden con un cambio químico liberando unas proteínas nuevas (proteínas de estrés) que vuelven el polen más agresivo para el hombre a la hora de inducir y desencadenar alergia", detalla este especialista que augura, de cara a los próximos años, que empeoren las alergias respiratorias por pólenes debido a la influencia conjunta que ejercen en este ámbito el cambio climático y la contaminación ambiental.

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